jueves, 28 de febrero de 2013

Zaatari


El campo de Za’atari se ha convertido en una suerte de ciudad siria en el exilio, y su enormidad crece a diario gracias a un flujo de refugiados en dramático ascenso, según han constatado las autoridades jordanas.
 Zaatari esta situado 10 kilómetros al este de Mafraq, cerca de la frontera siria, y a 85 kilómetros de Amán.

Según ACNUR, hay más de 600.000 refugiados sirios registrados o pendientes de hacerlo, una cifra que no refleja el total de los desplazados fuera del país, y posiblemente ni siquiera se le acerque, ya que los huidos del país con posibilidades económicas no suelen registrarse como refugiados.
El sufrimiento extremo que estan pasando los refugiados en sus campos es inperdonable.

El desierto, junto a las insuficientes ayudas del gobierno jordano, los organismos internacionales, y los países árabes y occidentales, ha marcado la pauta del calvario de los miles crecientes de refugiados.
Za’atari se levantó en medio del desierto, excavando para quitar las rocas del terreno, algo que los expertos consideraron una pésima idea.,“Ahora, el viento más liviano crea una tormenta de aire”, lamentaba Panos Moumtzis, coordinador regional de ACNUR para los refugiados sirios, en declaraciones a la agencia IRIN, dependiente de la ONU. “Ha sido un error”, consideraba.
 Además de los problemas respiratorios causados por el polvo, el terreno se convierte en un peligroso barrizal cada vez que llueve. Los refugiados han aprendido a excavar, con sus manos desnudas o con conservas vacías, canales alrededor de las tiendas para evitar que éstas se inunden.




Los problemas médicos no sólo provienen de la represión en Siria: las bajas temperaturas, las tormentas de principios de enero y los incendios fortuitos en las tiendas son la razón, según los refugiados, de las muertes de varias personas. Las autoridades desmienten que las condiciones de vida en Za’atari sean la causa de las defunciones, pero a principios de enero, las riadas inundaron parte de las tiendas y sus habitantes tuvieron que refugiarse en las cocinas y letrinas.
Los refugiados han aprendido a excavar, con sus manos desnudas o con conservas vacías, canales alrededor de las tiendas para evitar que éstas se inunden.



Tal y como dice Yassin Swehat en su blog El cofre Damasquino y desde donde he recabado la mayoría de toda esta información;

"El drama de la población civil siria tiene casi tantas expresiones como formas de morir hay en un país, Zaatari llega a límites absolutamente inhumanos. "

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