La Mezquita Omeya en Siria
se convirtio para mi años atrás
cuando estudiaba árabe en Damasco
uno de mis lugares favoritos
Solia callejear por las calles del Zoco
comprando toda clase de jabones naturales y especias
hasta acabar en la mezquita Omeya.
Mil y un día
fueron testigos de mis escapadas diurnas en
busca de paz, tranquilidad y bienestar.
Mil y una noches
fueron testigos de mis salidas noctunas
deleitandome de la buena gastronomia siria
en los restaurantes mas bellos que jamas he visto
Mil y una noches
fueron testigos de mis escapas nocturnas
cobijandome bajo el cielo estrellado en la Mezquita Omeya.
Recostada en cualquier lugar
me sentia segura, en paz y libre.
Mi punto de encuentro favorito
mi rincón mas intimo.
Se ha convertido en el claro testigo
del sufrimiento y opresión que vive el pueblo sirio.
Que dolor siento al verte ahora
¿Donde estas mi Mezquita?
¿En que te han convertido?
Vuelve pronto querida amiga.