
Era una noche fria de otoño, para Kasim su largo día de trabajo fue borrado con una buena ducha de agua fría.
De la vida esperaba que borrara sus sacrificados días, salud para los suyos y poco más., El amor, Ayy el amor!!!, Era algo que tenía borrado de su mente, ya ni lo esperaba, simplemente había muerto en su interior.
Su primo Jalal había venido a visitarle, compañeros de grandes batallas desde la infancia, se habían convertido en buenos amigos.
Jalal, se disponía a visitar a su hermano Sism, comprometido con una joven morena y risueña llamada Warda
Kasim decidió acompañarlo, aún no había conocido a “su nueva prima política”,
Toc toc..Fue el sonido que se escuchó en la puerta de la cocina.,
Con su larga melena y un fustán magrebí Warda se giró rápidamente para posteriormente estrechar la mano del nuevo visitante con el más cortes de los saludos
-Hola, Como estas?, le pregunto educadamente
-Bien, exclamo él con tono tímido y mirada baja.
Jalal, olisqueaba por la cocina, no había probado bocado en todo el día, después de encontrar una sugerente sopa de garbanzos se dispuso hablar con la que pronto sería su futura cuñada.
Una conversación con planes de futuro los mantenía en la cocina entretenidos, las horas, los minutos pasaban pero, el reloj para ellos en realidad no avanzaba.
Kasim mantenía siempre su mirada baja, en contadas ocasiones alzaba su cabeza para responder alguna que otra palabra.
-Volveremos mañana por la tarde para concretar, dijo Jalal.
-Muy bien exclamo ella.
Warda profesaba amor a Sism, beduino alto, pelo largo y mirada desafiante, ambos se habían conocido un caluroso día de Septiembre, ella había entrado en una pequeña Jaima buscando una guarida a la sombra donde refugiarse del intenso calor, a él por alguna que otra circunstancia el destino había querido que estuviera allí., Cupido se encargó del resto.
No fue hasta el atardecer cuando volvieron a encontrarse, Sism se dirigía camino a casa cuando su amigo Sam le telefoneo, lo invitaba a ver una puesta de sol y charlar con unos nuevos amigos, de pronto su corazón empezó a latir con fuerza, sentía que ella estaba cerca.
Cruzo de una montaña a otra tan ligero como el pájaro en su vuelo., su corazón latía cada vez más, jadeante y sediento llego a la cima casi sin fuerzas para hablar y, de pronto, el tiempo paro, el mundo se paró., Allí estaba ella.
Ruda, desconfiada y cabezona no daba su brazo a torcer:
-Eres guapo pero necesito saber si tu interior es más aún, exclamo ella con mucha seguridad.
Palabras que sin duda alguna a Sism le enloquecían aún más.
La noche les encontró de sorpresa en aquella colina en un lugar remoto del mundo,
-Rápido hemos de volver o tendremos serios problemas Warda!! Dijo Hanin.
Sism no lo dudó ni un instante y a lomos de su caballo le ofreció la mano a Warda para llevarla de vuelta a casa.
Cabalgaron montaña abajo hasta llevar al estrecho y mágico cañón bajo la luz de una luna llena y brillante.
No hablaban, ya no lo necesitaban sus manos estaban unidas, sus corazones entonaban la misma melodía.
A Warda ya la esperaban, si la descubrían con él un castigo le esperaba, así que a 50 metros antes se despidieron,
-Escápate esta noche, te esperaré aquí., dijo él.
-Estás loco, imposible.
Acto seguido unos gritos se escucharon:
-Warda eres tu??
Ella corrió, no quería que la descubrieran, no hubo tiempo de más.
Aquella mágica luna se encargaría más tarde de ponerle luz al destino.
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